La implantación masiva de un recuerdo

Rubén
4 min readOct 24, 2021

Tu papá agarra con su mano el sillín de tu primera bicicleta y avanza detrás de ti repitiendo que no te va a soltar. De pronto te das cuenta de que has avanzado bastante y cuando miras hacia atrás ves a tu papá sonriendo.

Es domingo. Tal vez estás en un parque. El clima es agradable, no hace frío ni calor y tal vez puedas recordar que justo después de ver la sonrisa de tu papá el miedo de saber que no había nadie para agarrarte te hizo caer de nuevo.

¿Por qué es tan arquetípico este recuerdo?

Yo sé que aprendí a montar en la calle de en frente del edificio en que vivía. Lo sé porque en el parque más cercano a mi casa paseaban perros. Perros grandes que mi mamá temía se nos fueran a ir encima al pensar que estábamos jugando. Sin embargo, cuando me preguntan cómo aprendí a montar en bicicleta, viene a mi cabeza esa imagen arquetípica del papá sonriente y algo traicionero que te suelta sin avisar para que te des cuenta de que puedes pedalear sin su ayuda. Imagino el parque en el que no aprendí a montar en bicicleta con sus árboles gigantes y sus columpios alrededor. No puedo evitar pensar que fue así. Aunque sepa que no fue así. No puedo evitar recordar con una imagen falsa algo que no se puede olvidar.

Tal vez el truco está en eso. En que el pedaleo es algo que solo aprendes una vez. Que nunca se olvida. Es una de esas cosas que parece que no tienes que volver a practicar, como caminar o ir al baño sin ayuda. Parece casi como si fuera algo bastante natural, algo que no cuesta tanto aprender. O por lo menos, no cuesta tanto aprenderlo como para recordar cómo lo aprendimos.

¿Es tan difícil aprender a montar en bicicleta?

Parece bastante intuitivo. Pedalear es casi lo único que puedes hacer en la posición que asumes para montar en bicicleta; y como puedes ver a muchas personas hacerlo, sino diario, sí muchas veces al día, es muy probable que sepas lo que tienes que hacer. Es decir. Pedalear no es como nadar que es una actividad extraña en la que tu cuerpo está en un fluido diferente al que acostumbra. Pedalear es el movimiento más obvio que puedes hacer en una bicicleta. ¿Por qué entonces recordamos que aprendimos a pedalear?

Yo recuerdo mis caídas. Y cuando comparo los recuerdos de las caídas que me han contado con el recuerdo eterno del aprender a pedalear, sospecho. La mayoría de caídas que se recuerdan son situadas. Si preguntas por una caída, tendrás una descripción del lugar en dónde fue. Una explicación sobre el terreno, el material del suelo, el clima incluso. Las caídas son recuerdos que tienen tanta materialidad que hacen del recuerdo de aprender a pedalear algo que huele raro. Algo como una secuencia implantada.

Después de todo, asociamos ese momento del sillín con nuestra infancia. Con algo que nos debió marcar. Aunque luego no hayamos vuelto a usar una bicicleta para nada.

Supongo que este recuerdo existe como una especie de lanzamiento arquetípico al mundo. Un día te soltaron el sillín y luego no volviste a necesitar ayuda. Un día te regalaron una bicicleta y te enseñaron a usarla y desde ese día tienes independencia para moverte por tu barrio y por otros barrios con toda la libertad que quieras.

Pero el recuerdo está dejando de funcionar. Me usaré a mi como ejemplo. Yo no tuve esa libertad. Tiempo después de aprender a montar, un día que estaba dando vueltas en bicicleta con mi hermana, un tipo me robó la bicicleta. Ese recuerdo es más nítido. Recuerdo la camiseta blanca. Recuerdo la navaja aprisionada contra su barriga por el pantalón claro que tenía. Recuerdo el miedo. Y también recuerdo que no volví a salir en bicicleta, incluso después de tener otra bicicleta.

Sospecho que este recuerdo será reemplazado por otro. Por la entrada a internet. No sé todavía como será, cuál será el sillín y cuál será la primera caída. Pero sé que el momento en que mi papá me mostró Altavista, y me dijo que podía buscar cualquier cosa que se me ocurriera y que la iba a encontrar, sentí mucha más libertad de la que pude sentir jamás pedaleando en una bicicleta. No recuerdo que fue lo primero que busqué. Pero creo que pronto ese recuerdo empezará a aparecer en la mente de muchas personas. Se comenzará a hablar de él. Reemplazará la imagen del parque y la bicicleta y el domingo y la sonrisa. Será una nueva secuencia en las películas. Una mano que se levanta, dejando una mano más pequeña sobre un mouse. El puntero moviéndose hacia el botón de búsqueda.

Tal vez luego se escriba sobre como la primera búsqueda que hiciste fue el nombre de tu mamá y cómo descubriste ese día que tu mamá no era la única persona con ese nombre, además de descubrir otras cosas que no deberías haber descubierto sobre la violencia en el mundo.

Puede ser que recuerdes el primer momento que utilizaste internet como una tarde en que tu primo mayor se va al baño y te deja con su Tablet en frente y tú abres una aplicación llena de imágenes que no entiendes y textos que no debes leer.

Tal vez el recuerdo será con un celular. El día en que tu mamá, te dice que te va a quitar el control parental. Que ahora vas a poder ver todo lo que hay en internet y que tengas cuidado. Esa imagen y las imágenes siguientes reemplazaran a la bicicleta.

Puede ser simplemente que me frustra no recordar exactamente cómo aprendí a montar en bicicleta. Pero estoy casi seguro de que no fue en un parque un domingo con mi papá detrás. Y estoy casi seguro de que estás pensando en este momento, “para mí sí fue así” y te felicito. Pero ¿no te parece sospechoso?

--

--

Rubén
Rubén

Written by Rubén

Perdedor serial de concursos literarios.

No responses yet